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Transporte de pasajeros en motocicletas, beneficios y riesgos

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La necesidad de movernos en las grandes urbes, como lo es la mega saturada Ciudad de México y toda la zona metropolitana, da oportunidad para buscar alternativas de movilidad. Una de ellas, que había sido poco explotada, es la de los viajes en motocicleta. Sin embargo, esta opción resulta peligrosa, ya que no hay protección alguna para el pasajero. El motociclismo, a nivel mundial, es una actividad considerada de muy alto riesgo, y los propios conductores de este medio la vuelven aún más peligrosa debido a la falta de respeto y acatamiento a las reglas de tránsito. La velocidad y el sortear obstáculos se vuelven adictivos por la adrenalina que provocan, y como resultado, se genera irresponsabilidad, poniendo en riesgo a todos los usuarios de las vialidades.

La saturación de este tipo de transporte en las calles y el estrés que provoca la gran urbe están desbordando el tema de los accidentes viales: choques lamineros, embestidas y derrapes de los motociclistas. En el sexenio que terminó, hubo muchos intentos por tratar de encontrar una forma para evitar el crecimiento de estos accidentes; sin embargo, a la fecha no hay respuesta para este tema. A esto se suma que las ventas de motocicletas están rompiendo récords, lo que representa un éxito rotundo para las tiendas de barrio, que ofrecen paguitos semanales. Es tanta la oferta que, todos los días, llegan marcas de todo el mundo con diferentes opciones para los clientes: de trabajo, de excursión, de chopper, de pista, de doble propósito, citadinas, etc., desde motos de pocos cilindrados hasta enormes de 1800cc. Todo depende de la marca, la calidad, el presupuesto y el gusto por los productos.

El motociclismo a nivel mundial, es una actividad considerada de muy alto riesgo, y los propios conductores de este medio la vuelven aún más peligrosa debido a la falta de respeto y acatamiento a las reglas de tránsito. 

Este tipo de vehículos no es nuevo para Latinoamérica, ya que en países como Colombia y Venezuela, entre otros, ya es muy común que la gente se mueva de esta forma. En la Ciudad de México, comenzó a proliferar después del sismo de 2017. El grupo más grande tuvo su origen en la alcaldía Xochimilco, específicamente en la zona de San Gregorio Atlapulco. Debido a que la única avenida que conecta con la zona quedó bloqueada, la gente se acostumbró a pactar viajes en motocicleta del pueblo de San Gregorio al Metro Taxqueña, y el resultado fue un gran éxito. Esto provocó que, en otros puntos de conflicto por la saturación en las vías, se comenzaran a rentar motos a través de grupos de WhatsApp o de Facebook, con la promoción de personas que ya eran clientes y que habían encontrado una opción de servicio.

Las virtudes que encuentran quienes usan este tipo de servicio son la rapidez, en comparación con otras opciones de transporte, y el costo, que es la mitad de lo que cobraría cualquier servicio de auto. Es decir, menos tiempo, menos gasto, lo que hace que se olviden del riesgo. Adicionalmente, muchas personas, en su mayoría mujeres jóvenes, dicen sufrir menos acoso en comparación con el transporte masivo ordinario.

La saturación de motocicletas en las calles y el estrés que provoca la gran urbe están desbordando el tema de los accidentes como choques lamineros, embestidas y derrapes. 

Derivado de todo esto, las aplicaciones de entregas (delivery) han comenzado a ofrecer este tipo de servicio, a la vista de todos, con un silencio cómplice de usuarios y autoridades, ya que se disfraza de servicio de mensajería. Pero lo cierto es que, con la participación de estas enormes firmas, están dando un gran paso que provocará cambios importantes y que, a mi parecer, deben atenderse YA, considerando los siguientes puntos:

  • PRIMERO, el tema de la seguridad para el pasajero, con capacitación para el operador. Es decir, la comprensión y responsabilidad del valor a la vida (conducción correcta, manejo defensivo, respetando todas las normas vigentes). Adicionalmente, deberán existir productos del sector asegurador que brinden atención real y oportuna en caso de eventualidades derivadas del servicio. A la fecha, ante la falta de regulación (ya que la ley prohíbe este tipo de servicio en la Ciudad de México), el reglamento lo confirma. Sin embargo, los días pasan para tener una propuesta y su aprobación. En el Congreso se habla de que están a días de que esta actividad sea incluida para votarse. Y si las grandes empresas ya lo ofertan de forma abierta, es porque saben que no tendrá complicaciones.
  • SEGUNDO, la oferta del servicio deberá realizarse con mejores unidades, es decir, motos que cumplan con los lineamientos de la norma en temas de seguridad vial. Tarea nada fácil, como se explicó antes, pero no imposible con la participación y compromiso de todas las partes.
  • TERCERO, la oferta de estos servicios está llevando a opciones híbridas o eléctricas, y se deberá poner atención a estos vehículos, imponiendo lineamientos mínimos, ya que, por el momento, no existe legislación que los controle.
  • CUARTO, la modernidad obliga a plantear acciones que vayan de la mano con la tecnología, como reguladores de velocidad, servicio y el uso obligatorio de casco, entre otros.
  • QUINTO, el tipo de responsabilidad debe ser compartida, es decir, aplicaciones, dueños de motos y operadores, para evitar víctimas y los estragos de accidentes o simplemente por la prestación del servicio.
  • SEXTO, la tolerancia y el respeto para todos los usuarios de las vialidades deben ser responsabilidad de todos los actores, recordando que la autoridad, cada día más, se vuelve omisa, evitando el reclamo de las masas inconformes.
  • SÉPTIMO, la imagen de los operadores y sus unidades debe ser idónea y de calidad para poder dar el servicio que se oferta.

Y, por último, recordar que la realidad siempre rebasa a las acciones de escritorio. Con la ayuda de la tecnología, que sigue evolucionando, se deben crear nuevos mecanismos que brinden tranquilidad a todos. Aunque desafortunadamente, vivimos en épocas en donde la autoridad se escuda con el argumento de que es la voluntad del pueblo, cuando sabemos que no es así.




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